miércoles, 8 de diciembre de 2021

Alfredo Moffatt: En el camino

 


Había conmovido a mucha gente por la redes un mensaje, tanto escrito como en un video corto, de Alfredo Moffatt, pidiendo ayuda. Estos dos años de pandemia nos tuvo a muchos incomunicados. No sabíamos mucho en qué andaban y qué estaban haciendo. Por eso el pedido de ayuda sonaba más apremiante, ya que era un pedido económico. La psi que me lo hizo llegar, hasta dudaba que fuera cierto. Pude rápidamente, por las tan usadas redes sociales preguntar lo de Moffatt. El mensaje era cierto y luego ese mismo pedido fue nota de varios diarios de Capital.

Lo había conocido gracias a Tato Pavlovsky. Cuando estuve como docente en su Instituto de Psicodrama, me había dejado su contacto. Llamé a su escuela (que es la misma en que está viviendo, por la avenida Rivadavia) y me dijo simplemente que fuera a verlo. Habrá sido por 1990. Me recibió en la cocina, mientras cocinaba algo, y por supuesto que me invitó a quedarme a comer. Comprobaba como he visto en mucha gente sencilla, esa necesidad de compartir, tratándote de un igual. Conversamos y me enteraba aún más de lo que había hecho en el Hospital Borda, del primer 'Bancadero' del que había tenido noticias en la democracia naciente (y por alguno de mis archivos conservo una entrevista, donde vi esa cara con anteojos, barba y pelo largo, como si fuera un hippie de los 60). Lo que más gracia me causó de ese primer encuentro fue que se sacó la dentadura postiza, y luego de comer y la dejo por ahí. Para mí era una manera de tantear al invitado; tal vez medir la clase de psico que tenía enfrente. Él no era un licenciado en psicología, era arquitecto. Se había formado en New York, cuando consiguió una beca para trabajar en los barrios negros del Bronx. De allí salió mucha de su Psicología Social. Toda esa experiencia de los 60 con los 'homeless' (podríamos decir 'los sin techo') la trajo para trabajar en los manicomios y los grupos, por los 70. 

Creo que dice- en esa entrevista- que cuando pasó lo de Malvinas en 1982 y se venía la democracia (la guerra a las que nos llevaron los milicos de la última dictadura asesina), empezó a ver como la gente seguía 'guardando' cosas, se le ocurre que había que buscar un lugar para escuchar y contener a la gente. De ahí una de sus técnicas de grupo en su Psicología Social. Cuando llamó a una 'patriada' como dijo para rearmar el 'Bancadero', estuvimos. Ya era por el 2009. Lo había visto en la Biblioteca Nacional, en una Jornada, donde le entregaron el premio al 'Colifato' mayor, que entrega el grupo de pacientes 'La Colifata' (en el Hospital Borda). Uno de los externados se acercaba con un trofeo invisible (como si fuera muy pesado) y se lo daba. A su vez Moffatt lo recibía agarrándolo con mucho cuidado. Una escena surrealista, donde todo el público estallaba de risa.

En el V Encuentro de Derechos Humanos y Salud Mental, el 20 de noviembre del 2021, en la ex Esma, le han dado un gran reconocimiento. Pude verlo, hablar con él. Estaba acompañado por su hija. No estaba solo ni abandonado (era como una sensación que teníamos al ver su pedido de ayuda). Salió ante el público que estaba afuera, para el cierre del Encuentro con todas las delegaciones del país que habían estado trabajando en talleres, y con su bastón y el ánimo muy alto les gritó: lean mis libros! Una ovación de alegría y agradecimiento se sintió en esos lugares lugares donde hubo tanta muerte.

Había realizado por aquellos primeros encuentros una entrevista filmada junto a alumnos del Instituto de Tato, eran psicos ecuatorianos, que luego siguieron en contacto con Alfredo. Fue lo primero que filmamos podemos decir. Aún sigo juntando material para un documental sobre su obra (y de la que menos contó de su experiencia en NY) que se llamará 'El último chamán'.

Carlos Liendro

(el autor de la nota obsequiándole al maestro un libro de su autoria: 'Un tal dr. Reich)